17.06.2016 - BARCELONA

La iglesia beatificará a la gitana Emilia Fernández Rodríguez ‘La Canastera’

Emilia Fernández Rodríguez, “La Canastera”, gitana de Tíjola (Almería) murió como consecuencia de la falta de atención de que fue objeto mientras estuvo injustamente encarcelada en Almería durante la Guerra Civil española.

 


Emilia nació el 13 de abril de 1914 en Tíjola, provincia de Almería y, en concreto, en la calle Bodeguica, número 4. Eran sus padres Juan José Fernández y Pilar Rodríguez Rodríguez. Emilia fue bautizada el mismo día de su nacimiento en la Iglesia Parroquial de Santa María y se le impusieron los nombres de Emilia, Gregoria y Margarita.
Vivía en una casa-cueva, en la parte alta de la ciudad y colaboraba con la familia fabricando cestos de mimbre (de ahí el sobrenombre de “La canastera”).

Cuando la Guerra Civil dio comienzo (julio de 1936) la vida de aquellos gitanos, incluida Emilia y sus hermanos, no debió sufrir más alteración que la propia de las circunstancias. Es decir, que no huyeron ni nada por el estilo, sino que continuaron viviendo donde lo habían estado haciendo.

Tal es así que 1938 contrae matrimonio, al estilo gitano, con Juan Cortés que había nacido el 29 de mayo de 1915 y tenía, por tanto, poco más de un año menos que Emilia. Por lo que parece eran parientes cercanos. Juan José, el marido de Emilia, se negó a ir a la guerra.

Efectivamente, Juan Cortés no tenía intención alguna de entrar a formar parte de ningún bando de los que luchaban en aquella guerra. Pero no pensaban lo mismo los que lo llamaron. Y Emilia era de la misma opinión de su marido y de ninguna manera quería que se incorporase a filas. Y para evitar tener que ir a combatir, Juan Cortés se hizo el ciego. Efectivamente, cuando se presentaron en su casa para reclutarlo creyeron que no era apto. Y entonces no se incorporó al ejército.

Pero al cabo de un tiempo unos inspectores se presentaron en su casa y se dieron cuenta de que Juan Cortés veía perfectamente. Así que lo detuvieron junto con su esposa Emilia. A él lo enviaron a la “Prisión del Ingenio” y a ella a la llamada “Gachas colorás”, donde ingresó el 21 de junio de 1938. Y fue incluida en un grupo de cuarenta mujeres y jóvenes allí encarceladas.

El 9 de julio de 1938 se celebró el juicio en el que se la condenó a seis años de cárcel. A la sazón Emilia estaba embarazada y solo quería pasar lo más desapercibida posible. Sin embargo, las mujeres que estaban con ella la ayudaron todo lo que pudieron. Verla en aquel estado debió romperles el corazón. Y, entre ellas, Loli (que sería su catequista) destacaba en atención hacia su persona.

Emilia Fernández Rodríguez tenía una fe sencilla y como suele pasar con los santos, aquellos malos momentos, aquellos sufrimientos que padecía, le ayudaron a acercarse a Dios de una forma, sí, sencilla pero, también, profunda.

 

Y empezó el martirio

Loli y Emilia fueron encerradas en una celda de aislamiento y teniendo en cuenta que Emilia estaba embarazada… lo que tenía que suceder acabó sucediendo. El invierno estaba haciendo estragos en Emilia. Y por mucha clemencia que solicitó al Gobernador Civil no le fue concedida ninguna.

Y así llegó el 12 de enero de 1939. Era el momento del parto y, ayudada por algunas compañeras de cautiverio, pudo dar a la luz, el día 13 a las 2 de la madrugada, a una niña a la que bautizaron el mismo día a las 5 de la tarde y pusieron el nombre de Ángeles.

Emilia se encontraba muy mal. Físicamente estaba en las últimas. Por eso el 24 de enero se le vuelve a comunicar al Gobernador Civil que sería necesario que ejerciera la “gracia” y la liberara de prisión. El Gobernador no respondió.

Y fue el 25 de enero de aquel año de 1939 ―apenas unos meses antes de que terminara la Guerra Civil― cuando la volvieron a llevar al hospital donde falleció el 25 de enero de 1939, a los 23 años. El certificado médico dice que murió como consecuencia de una “infección puerperal añadido a un cuadro de bronconeumonía”.

El obispo de Almería, Adolfo González Montes, ha informado de que el Papa Francisco ha mandado promulgar el Decreto de martirio de los Mártires de Almería. Con este paso, una vez publicado el Decreto, se preparará la celebración de la beatificación.

 

(Información extraída del trabajo publicado por Eleuterio Fernández Guzmán en Info Católica)

 

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