19.07.2016 - SESTAO

Sestao acoge un taller de costura para mujeres gitanas (Vizcaya)

Doce mujeres completan un curso básico de Corte y Confección de 100 horas avalado por Lanbide

 


Las alumnas posan en el taller junto a uno de los vestidos que realizó una de las mujeres / E. Zunzunegi

El largo camino hacia la inclusión social del pueblo gitano está lleno de pequeñas etapas en la que sus protagonistas van abriendo la senda de una convivencia en igualdad entre hombres y mujeres, sea cual sea su etnia. Una de esas etapas la acaba de concluir un heterogéneo grupo de mujeres de etnia gitana que han tomado parte en un curso básico de Corte y Confección financiado por el Servicio Vasco de Empleo, Lanbide, y que se ha desarrollado desde octubre hasta principios de julio en la Asociación de Amigas de la Costura de Sestao.

“Coser las cremalleras era casi como una tortura porque me hacía quitarlas y ponerlas un montón de veces”, señalaba Blanqui, la más joven con 27 años –mientras el resto de las mujeres del grupo asienten casi al unísono–, al ser preguntada por lo más difícil que habían tenido que aprender durante esta actividad formativa promovida por las asociaciones Kale Dor Kayiko (Gitanos del mañana) y Sin Rromi (Soy Gitana). Un curso de Corte y Confección de 100 horas de duración que sin duda supone un importante avance para la formación de las mujeres actuales y futuras que, tal como explicó una trabajadora de Lanbide en la entrega de los diplomas acreditativos, “abre la puerta a que podáis optar a puestos de modistas de arreglos y composturas o auxiliares de modista”.

“La cultura del pueblo gitano sigue manteniendo el respeto a los mayores y por ello no es casualidad que las alumnas sean todas mujeres mayores de edad, casadas, que pueden ser a la vez las que aconsejen a sus hijas o a sus sobrinas o nietas de que este tipo de cursos pueden ser buenos para ellas”, proclama Victoria Jiménez, mediadora de Kale Dor Kayiko, quien destaca que las mujeres quieren ser un reflejo para sus hijas. “Ellas lo dicen bien claro. Yo no quiero que mis hijas sean como yo he sido, una mujer sin estudios ni preparación. No quiero que lleven la vida que yo he llevado, quiero que tengan capacidad para tomar sus propias decisiones”, resalta Jiménez, quien amplía la necesidad de avances en otros terrenos diferentes al conocimiento académico como el del empoderamiento “para lograr el desarrollo integral de la mujer gitana en todos sus ámbitos”.

“Como bien señalan estas mujeres, la mejor herencia que pueden dejar a sus hijos es la formación académica ya que no solo te abre las puertas al conocimiento si no también al empleo. Eres otra persona sin por ello dejar de ser gitano”.

 

Delantales

A lo largo del curso las doce alumnas que lo iniciaron –una de ellas no pudo completarlo al 100% pues encontró empleo como teleoperadora– han aprendido a hacer desde faldas a blusas o pantalones aunque algunas de ellas han sido capaces de hacer otro tipo de “labores” como delantales. “Yo hice 50 delantales para la boda de una amiga que se los iba a regalar a los invitados”, comenta Rocío, quien explica que esos delantales “sirven para guardar los frutos secos que lanzan los novios”.

“Desde luego me ha sorprendido gratamente su dedicación y su entrega ya que todas ellas se han aplicado a fondo para aprender”, señalaba la directora del curso y presidente de la Asociación Cultural Amigas de la Costura de Sestao, Txentxa Marín, a quien sus alumnas rebautizaron varias veces antes de aprenderse su nombre. “La llamábamos Txentxi, Txontxa, Txantxa..., de todo menos Txentxa y ella nunca se enfadaba”, comenta Mercedes, una joven gitana que reconocía abiertamente que antes de ir al cursillo “no había usado una aguja en mi vida”.

Ahora ya se ha hecho varias blusas y faldas y varios pantalones, “algo que les cuesta más ya que no es una prenda muy habitual en el vestuario de la mujer gitana sobre todo en las mayores, pero a base de empeño lo han sacado adelante”, destacaba Txentxa Marín quien recordaba a sus alumnas que “lo que han aprendido está bien pero es importante que lo lleven a la práctica porque si no se pierde”. Seguramente alguna de las cursillistas ya estará preparando sus patrones para participar en la próxima edición del Certamen de diseño en Fiestas de Santa Rosa que tendrá lugar en Sestao el día 30 de agosto. Podrá dar más de una puntada hacia la inclusión.

 

(Emilio Zunzunegi; Deia)

 

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