27.02.2014 - OPINIÓN

Carta a Paco de Lucía

Por Rafael Perona Cortés


Paco de Lucía, durante una actuación / Wikipedia

Si el Gran Ortega y Gasset dejó plasmado que la persona es su yo y sus circunstancias, tú Paco de Lucía tus circunstancias han sido un entorno envidiable. Los esteros gaditanos, el viento levantado de tu región y la extroversión de los lugareños es pieza principal en la primera semilla que te formó como maestro.

Este entorno (¿casualidad?) también vio nacer a otro grande, que el destino quiso que convergiera contigo: “Camarón” o el (Cañailla) como tú lo llamabas. Y es que en Cádiz hay mucha sal, demasiada diría yo. Y es que la sal de Cádiz no viene del mar como muchos piensan, este fantástico mineral de esta provincia andaluza nace del hambre, de la miseria, del paro laboral y de la necesidad de salir de la pobreza. Tú saliste de ella a lomos de un caballo con forma de guitarra en el que te agarraste a los tobillos del arte para emigrar de un mundo famélico.

Oh… tus circunstancias que no tan solo fueron geográficas, ni sociales. Tú eres palo santo de río, pino abeto alemán, cejilla de caoba, las manos de Dios y tu padre, Don erre que erre.

Siempre has estado entre dos aguas, lo andaluz y lo gitano. Lo gitano porque tú siempre reconociste que ellos fueron tu inspiración, porque un gitano Sabicas, te roció con el agua bendita en una pila bautismal hecha de ciprés y palo santo. Porque tu línea materna hundían tus raíces en un embriagoso fado portugués.

 


Rafael Perona, en una imagen de archivo / Silvia Rodríguez

Tus notas son para muchos el lamento de Job. Tu porte de gitano rubio y tu personalidad de flamenco de cercanía se han sumado a un talento que no es de este mundo, sino de los Dioses.

Solo un Dios puede dar catorce pulsaciones por segundo en un picado. A partir de ahora solo te podemos escuchar en los discos, magnífico artilugio que representa un legado del pellizco y cementerio de la improvisación. A partir de ahora todos los gitanos y los payos flamencos dejaremos un hueco en el cuarto de nuestros iconos para poner al lado de nuestro venerado Camarón una inerte imagen del más grande músico y guitarrista que haya existido, Francisco Sánchez, Paco de Lucía, el Mozart de la flamenquería.

 

Rafael Perona Cortés

Presidente del Centro Cultural Gitano La Mina

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