24.05.2012

LA SALUD DEL PUEBLO ROMANÍ

Salud de la población romaní: Una realidad brasileña y mundial

Que la verdad sea dicha: la gran diversidad entre las etnias Romà y la variable demostrada entre las acciones efectivas gubernamentales y la identificación de los Romá en cuanto pueblo y minoría, en el circuito nacional/operacional llamado salud, es lento y o no operacional. Esta realidad no es sólo de Brasil, esta realidad histórica, se sigue repitiendo en varias partes del mundo. Esta variable de información sin datos específicos pasa en casi todos los países, con muy pocas excepciones.

La Organización Mundial de Salud define la salud como "un estado de completo desarrollo físico, mental y bienestar social, [...] no sólo ausencia de afecciones y enfermedades [...] el disfrute del más alto nivel de salud que se puede tener es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, convicción política, condición económica o social".

Hoy, tenemos equívocos institucionales y desconocimiento popular y desconocimiento de la población sobre que determina la salud de los Romá. Faltan datos y su coleta es desigual, creando una barrera que solo será superada a partir del reconocimiento de la importancia de la producción de datos específicos y reales sobre el pueblo romaní. Una acción de esta naturaleza determinará como y donde las políticas publicas da la salud deben ser efectivamente aplicadas.

Antes de todo, necesitamos conocer las desigualdades y necesitamos tener como base, que el desconocimiento crea la negación de su existencia, contribuyendo para fortalecer patrones discriminatorios. Así que necesitamos generar conocimiento sobre este pueblo, inserir este conocimiento en la dinámica de la gestión pública y traducirlo en políticas públicas adecuadas y capaces de promover el reconocimiento del ciudadano romaní y de su etnia. Toda esta discusión también incluye la cuestión del diálogo limitado entre políticos y población/sociedad en general, que tiene como consecuencia la negación de las influencias sociales que dan forma a la salud de todos los seres humanos, incluyendo los Romá. Esta práctica se tornó una característica definidora de las respuestas oficiales para la salud y el bienestar de todas las minorías en el que llamamos el mundo desarrollado.

Estas brechas en las políticas públicas para la salud de los Romá y de la población más necesitada en general -en contrapunto a la sociedad mayoritaria- refleja y aporta visibilidad a la desigualdad política, económica y social. Podemos llamarlo discriminación institucional, un elemento que contribuye fuertemente a la exclusión social.

Garantizar el derecho a la salud incluye respetar la pluralidad cultural, con el intento de enseñar a la sociedad mayoritaria estilos de vida distintos y sus respectivas ventajas. Los Romá poseen un sentido familiar muy preciso y una definición propia acerca de la protección de su propia identidad. Para que esto se mantenga, utilizan la oralidad y a partir de esta se comunican y mantienen vivas sus tradiciones.

La estructura visual, para los Romá, es un punto importante en la comunicación de los asuntos que se refieren a la salud, como epidemias, enfermedades sexualmente transmisibles y atención básica. La atención de los medios de comunicación sobre esta situación es necesaria. Como también es necesaria la atención de todos aquellos que perciben esta realidad, con la finalidad de que podamos seguir adelante, hacia una realidad más igualitaria. La igualdad es un principio básico, emplazado con mucha evidencia en la Constitución Brasileña, y este principio debe ser seguido por las instituciones gubernamentales responsables para cuidar de la población en general, que debe estar libre de todo tipo de discriminación.

Necesitamos crear contextos que nos conduzcan a respetar, reorganizar y crear estructuras efectivas de ayuda, teniendo en cuenta los milenios de sabiduría de los Romá y su estructura interna social de convivir. Cada una de las acciones colectivas, como la capacitación de agentes sanitarios en la misma comunidad, es extremadamente importante. También generando conocimientos y aprendiendo con practicas milenarias de la medicina tradicional romaní.

Brasil define su sistema de salud a partir de la idea del tratamiento universal, libre de cualquier discriminación. Esto quiere decir que cualquier persona, independiente de sus condiciones sociales, raza, color de piel u etnia, incluyendo extranjeros, tiene que ser tratada por el servicio de salud -hecho que enseña un contexto único de la valoración de la vida humana. Todavía se perpetúa una situación de falta de preparación educacional de la red de asistencia sanitaria, que incluye desde los médicos hasta los asistentes y auxiliares. Por algo tan básico los Romá, por no participar del grupo de interés, sufren con la brecha en las estadísticas de las instituciones responsables a la cola de estos datos.

Compartimos la idea de que la educación debe ser el carro que tira hacia adelante, debe estar a la vanguardia de una batalla humanista y de extrema necesidad, para que no vivamos otra vez el legado dejado por las guerras y el espolio de las mismas, como se puede ver claramente en países de la Europa Oriental. Compartimos la idea de que las instituciones gubernamentales que orientan sus actividades para ayudar el combate efectivo a la discriminación y el prejuicio deben trabajar para que tengamos un país más justo e igualitario.

La luz del conocimiento es capaz de enseñar que no es necesario crear clínicas exclusivas para los Romá, pero sí superar el prejuicio y la discriminación para garantizar que la comunidad Romá pueda ser tratada y pueda recibir la asistencia de los agentes sanitarios comunitarios, que hoy en día, en Brasil, son un grupo de trabajo de la mayor importancia.

La ausencia de datos nos señala la clara distancia entre la realidad actual de la comunidad Romá y su participación efectiva como ciudadanos y ciudadanas brasileños. Dar visibilidad a esta minoría, tanto en Brasil como en América Latina, es parte del cuadro básico de asistencia sanitaria integral del ser humano.

Las condiciones de salud deben incluir: estructuras de viviendas, derecho a alimentación, saneamiento básico y acceso al trabajo y a un medio ambiente digno. Necesitamos asegurar el derecho a la vida en toda su plenitud, mas allá de la herencia de persecución y prejuicio que lleva el pueblo Romá desde siempre y en todos los continentes. [articulo 12.2 PIDESC].

Que seamos nosotros desde América Latina quienes demos la bienvenida a los nuestros en el contenido del derecho a la salud, para que seamos reconocidos internacionalmente como los que han derrumbado la barrera de la ignorancia y la discriminación.

Las mujeres Romá se presentan como los vectores de la educación y de la cultura, y es hacia ellas que miramos, con cariño y con ganas de ver crecer la atención especial a ellas, victimas del prejuicio en todas sus actividades, sean culturales o sociales. Esta posición es legítima y debe ser apreciada y reconocida, como fuente de promoción de la salud y de una mejor calidad de vida. Las mujeres gitanas en el mundo aún no tienen un rostro. Pero ha llegado la hora de que lo tengan -necesitamos datos para combatir la discriminación. Los números son los aliados de la verdad y de la política pública correcta, justa y humanista. Esta acción es reconocida internacionalmente y explicitada en importantes tratados internacionales como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra las Mujeres (artículos 10, 12, 16) - Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (artículo 5).

 

AMSK/Brasil - Asociación Internacional Maylê Sara Kalí

Brasilia, 21 de mayo de 2012.

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