31.05.2011

Así piensa Ramón Salazar Barrull


"La vivienda sigue siendo un problema grave, además acentuado por la actual crisis, como para todo el mundo. De todos modos, la integración del gitano en viviendas de altura es más fácil, pues en una comunidad de vecinos el gitano deja de ser visible. Sin embargo, en una casa de planta baja no deja de ser una prolongación de la vida en la calle, una tradición de un pueblo muy nómada. Además se ha avanzado mucho en el aprecio por parte de los gitanos de lo que significa la educación para su futuro, pues antes muchos no creían que les sirviese para la vida. Ahora hay cada vez más gitanos en la universidad y licenciados. Y finalmente, se está haciendo un trabajo muy importante por la igualdad de la mujer gitana y contra su discriminación".

"Antes de la democracia, el pueblo gitano no existía, era invisible. Fíjese, había una normativa que prohibía que tuviéramos acceso a las viviendas de protección oficial. También ocurría que cuando se derribaba unas viviendas se daban nuevas a los payos y para nosotros eran las chabolas. Con eso le digo todo. Pero ya le digo, cuando los gitanos adquieren derechos van asumiendo los deberes".

 

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