17.01.2011

Aprendiendo sobre la futura Ley de Igualdad

Días pasados os proporcionamos el texto del Anteproyecto de la futura Ley Integral para la Igualdad de trato y la no Discriminación. Desde entonces son muchas las personas que se han puesto en contacto con nosotros con el fin de saber más sobre su contenido y con el propósito de adivinar cuales serán las competencias de la institución encargada de hacer efectiva la igualdad reclamada. Pues bien, tal vez el ejemplo que seguidamente os refiero pueda ayudar algo a entender alguno de los agravios que la Ley pretende superar.

 

SUCEDIÓ EN SUECIA, EN UNA TIENDA DE IKEA

 

Cuatro mujeres gitanas entraron en una tienda de IKEA situada en Hisings Kärra, cerca de  Gotemburgo que es la segunda ciudad en importancia de Suecia. Inmediatamente un guardia de seguridad se situó tras ellas y como si fuera su sombra les siguió por todo el establecimiento. Donde las gitanas se paraban, se paraba él. Cuando las gitanas andaban él también lo hacía en la misma dirección. Las gitanas se dieron cuenta rápidamente del acoso a que estaban siendo sometidas y hasta los clientes que pasaban junto a ellas se percataron de lo que sucedía.

Seguimiento absurdo, por otra parte, porque si lo que pensaba el guardia de seguridad es que las cuatro gitanas iban a robar una mesa, una silla o un armario, difícil lo tenían para pasar desapercibidas. La gitanas del norte de Europa y la mayoría de las centroeuropeas visten con sus llamativas faldas de colores, sus pañuelos rematados en flecos cubriéndoles el pecho y los hombros y luciendo una brillante cabellera de pelo negro. Es decir, que a nuestras gitanas se las ve. Me lo decía reiteradamente una buena amiga mía, miembro de la Cámara de los Lores en el Reino Unido: “Ustedes, los gitanos, amigo mio, constituís una minoría visible, posiblemente la más visible de Europa”. Mis paisanos andaluces dicen lo mismo, aunque de otra forma: “A los gitanos se les conoce hasta por la forma -la “jechura” dicen algunos- de andar”.

Indignadas la cuatro mujeres presentaron una reclamación ante la Alta Autoridad para la Igualdad de Trato que la  admitió y juntos decidieron ir a los tribunales con el fin de presentar una demanda contra IKEA. La empresa se avino reconociendo el mal comportamiento de su guardia de seguridad y ofreció a la Alta Autoridad para la Igualdad de Trato una compensación de 15.000 coronas (unos 2.400 dólares) para cada una de las gitanas agraviadas. IKEA lamentó que las mujeres gitanas hubieran sido objeto de discriminación y se comprometió a evitar que estos hechos se pudieran repetir.

Si ustedes quieren, este es un ejemplo muy sencillo. Pero pone de manifiesto que cuando una sociedad se dota de los elementos necesarios para hacer que las leyes se cumplan las cosas funcionan mejor y todo el mundo sabe a que atenerse. En este caso, las gitanas tuvieron a quien acudir: la Alta Autoridad para la Igualdad de Trato y no Discriminación y la empresa donde se produjo la discriminación supo reaccionar adecuadamente, lo que también dice mucho en su favor.

 

Juan de Dios Ramírez-Heredia

Presidente de Unión Romaní

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