14.01.2011

Primicia: Texto del Anteproyecto de la Ley de Igualdad

Estimados parientes: Creo, sinceramente, que esta carta justifica nuestra esperanza y nuestra ilusión por lograr una sociedad donde el odio racial o la discriminación por motivos sociales o étnicos no tengan cabida. Y lo digo porque quiero haceros partícipes con urgencia y con ilusión del texto del Proyecto de la LEY DE IGUALDAD que acaba de llegar a mis manos. Posiblemente, a estas horas, debéis ser de los primeros españoles en conocer el Anteproyecto que aprobó el Consejo de Ministros el viernes pasado. Puedo deciros que yo mismo desconocía el redactado final del Anteproyecto a pesar de haber colaborado, junto a otras personas, en la redacción de los contenidos que la nueva Ley deberá contemplar.

 

Llegados a este punto permitidme algunas consideraciones:

 

Primera: Esta puede ser una gran Ley. Puede ser la mejor Ley europea que aborde con firmeza y con valentía la defensa de los derechos humanos de todos los españoles suministrando, por encima de los buenos propósitos –ya estamos cansados de tantas promesas bien intencionadas pero escasamente cumplidas—las herramientas necesarias para luchar contra las desigualdades impuestas o las agresiones gratuitas a los ciudadanos más débiles y desprotegidos de la sociedad.

 

Segunda: Pero esta Ley debería ser de todos. De todos los demócratas, obviamente. Entre todos debemos hacer un esfuerzo para que tanto la derecha como la izquierda la consideren suya. Lo que la Ley persigue está muy por encima de la pugna partidista casi siempre malintencionada por afanes puramente electoralistas. Deberíamos intentar que la LEY DE IGUALDAD no se contamine por el debate estéril de pretender transmitir a la ciudadanía la idea de que esta es una Ley de visionarios o de gente que no toca con los pies en tierra.

 

Tercera: Pero tampoco debemos renunciar al legítimo derecho que nos asiste de proclamar nuestra satisfacción por el paso adelante que esta Ley representa. Nosotros, quienes desde hace tanto tiempo venimos trabajando por llevar a la sociedad el mensaje de que la lucha por la igualdad merece la pena, saludamos con alborozo esta iniciativa que, repito, debe hacer suya toda la clase política española y todas las personas de buena voluntad.

 

Cuarta: Pero, atención, el texto que os adjunto como verdadera primicia, es un ANTEPROYECTO de Ley. Es decir, que hasta que el Consejo de Ministros no lo envíe al Congreso de los Diputados, puede ser susceptible de cambios. Luego, una vez que los Diputados y Senadores lo tengan serán ellos quienes lo validarán o lo modificarán mediante sus enmiendas parlamentarias.

 

Por todo ello os pido que junto a la alegría que debemos compartir, queráis movilizaros para aportar vuestras ideas concretas sobre todo aquello que a la Ley le pudiera faltar o sobre lo que pudierais considerar superfluo.  Desde la Unión Romani estamos dispuestos a elevar al Gobierno vuestras ideas y sugerencias. No dudéis en enviarnoslas si así lo creéis oportuno.

Mientras tanto, queridos amigos, echemos un paso adelante fijando nuestra mirada en un horizonte más nítido, sin nubarrones de miseria, de discriminación y de agravios, porque el terreno que conquistemos ahora se convertirá en patrimonio de justicia y verdadera igualdad para todos los españoles.

Desde un deseo infinito de fraternidad en la igualdad os envío mi mejor saludo gitano.

 

 

Juan de Dios Ramírez-Heredia

Presidente de Unión Romaní

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