27.09.2010

¿Cómo se vería si los gitanos pidieran la expulsión de los payos?

Por Beatriz Micaela Carrillo de los Reyes

En estos tiempos de crisis económica hemos comprobado que los valores del mercado se han puesto en tela de juicio; con la crisis se ha demostrado que se han puesto en crisis todos los valores del neoliberalismo y todas esas políticas neoconservadoras; nos hemos dado cuenta de que las entidades financieras son las que manejan el destino de nuestras sociedades, donde campaban y campan sin ninguna regla del juego. Desde que sales de tu casa hay todo un elenco de normas jurídicas que hay que cumplir y los bancos, que son los que manejan nuestro dinero, pues parece que los bancos no tienen ninguna regla que cumplir.

Pues todos estos que manejan nuestros humildes capitales, que han dejado a decenas y decenas de familias sin empleo y sin sus viviendas, todos los que han hipotecado sus vidas, que han destrozado las ilusiones…, pues todos estos llamados capitalistas “que han velado por nuestro estado de bienestar” y que nos han conducido a este desastre económico, NO SON GITANOS.

Todos los protagonistas de escándalos políticos relacionados con la corrupción, malversación de fondos, tráfico de influencias que se dan actualmente en nuestro país y que deprimen profundamente el espíritu a la ciudadanía para salir de esta maldita crisis, NO SON GITANOS.

Ni las bombas atómicas, ni las centrales nucleares, ni la construcción de armamento de destrucción masiva, ni la emisión de gases contaminantes de CO2 y residuos tóxicos vertidos a la atmósfera provocados por las centrales industriales, NO SON GITANOS.

Los que han provocado todas las terribles guerras que han existido a lo largo de la historia para usurpar, colonizar y explotar los bienes y recursos de otros pueblos indígenas, acabando con su cultura y con los recursos naturales, NO HAN SIDO GITANOS.

Ni las lamentables agrupaciones terroristas para imponer sus ideologías y atentar contra la vida de nuestros ciudadanos, TAMPOCO SON GITANOS.

Los responsables de todos los errores y males que ha padecido nuestra historia y todas las graves situaciones que estamos padeciendo actualmente, como la guerra de Iraq, Afganistán, etc.  NO SON GITANOS.

NO SON  GITANOS los que acumulan riquezas y dejan a las dos terceras partes del mundo sin comer.

No es el momento de hacer inventarios étnicos de quién es mejor o peor dependiendo de la condición cultural a la que pertenezca, pero tampoco vamos a permitir que a los gitanos nos sigan responsabilizando de la delincuencia, la violencia, y las miserias que padecen una parte importante de nuestro pueblo… estamos cansados de que sigan demonizando nuestra cultura, y que excluyan y silencien nuestras aportaciones positivas al conjunto de la ciudadanía. Los gitanos y gitanas no nos vamos a conformar con que nos sigan condenando a ocupar el último vagón de nuestras sociedades.

Lo que está ocurriendo en nuestra democrática Unión Europea con las expulsiones de gitanos amparándose en discursos etnocentristas y discriminatorios es intolerable, y ha llegado el momento de que la Unión Europea demuestre los principios y valores comunitarios de los que presume.

De la pobreza no se acusa al que la padece, la pobreza no se reprocha, la pobreza se combate con políticas específicas que incluyan a los ciudadanos de todo tipo que peor lo pasan en nuestras sociedades. La pobreza que se instala en nuestras grandes ciudades como Berlín, París, Roma, Madrid, Sevilla, etc. es el mayor oprobio a la democracia y la libertad de los seres humanos y esto también debe formar parte de los Objetivos del Milenio, para que nuestros dignos mandatarios comiencen a reducir la pobreza que tienen cerca de sus propias sociedades llamadas avanzadas y modernas a costa de dejar a muchos ciudadanos tirados en la cuneta, entre ellos esos mal llamados “Chabolistas gitanos”. Sí, a esos , a los que la gente culpa de sus propias miserias, a esos que nadie los quiere porque “son los grandes responsables de lo que ocurre en el mundo” y no víctimas de ese fatal destino al que los ha condenado el sistema.

A todas estas personas que malviven, que se rebelan  y que han perdido la esperanza de un mejor futuro, hay que ayudarlas con medidas responsables y con compromisos políticos, y el Consejo de Jefes de Estado de la Unión Europea tiene que hablar de la problemática gitana y tiene que tomar determinaciones. De la misma manera que se toman determinaciones en temas de economía, de seguridad o de libre comercio, también hay que hablar de los grupos minoritarios que componen Europa, y que integran Europa, si no, el proyecto de Unión Europea será un verdadero fracaso.

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