22.02.2010

Violento desalojo de los gitanos en Milán

La policía ha llevado a cabo dos operaciones de desalojo de asentamientos gitanos en Giambellino y Lorenteggio. 50 agentes armados con porras provocaron escenas de desesperación y pánico, sobre todo en niños que fueron expulsados de las chabolas en las que vivían.

El Nuir (Núcleo de Intervención Rápida al servicio del Ayuntamiento de Milán: organismo cuyo nombre basta para hacer revivir los fantasmas de otras persecuciones étnicas) demolió 65 chabolas y expulsó a unas 80 personas que ya habían sido identificadas y detenidas en operaciones policiales previas. A los desalojados que se encontraban en los asentamientos más numerosos, el ayuntamiento les hizo la siguiente “proposición indecente”: las mujeres y los niños serían enviados a un centro para vagabundos y los padres, maridos y hermanos mayores de edad deberían iniciar la “marcha hacia la nada”. Un ciudadano preguntó a los activistas del EveryOne que por qué no habían aceptado. Ante tal pregunta la obvia respuesta fue: “Y, ¿quién aceptaría abandonar a su mujer y sus hijos en un centro de acogida temporal bajo riesgo de perderlos para siempre?”; “Y, ¿qué mujeres, e incluso menos las gitanas que juran solemnemente estar al lado de sus parejas en “la salud y en la pobreza”, se separarían de sus esposos y les dejarían tirados en la calle?”.

La Amsa (Administración Milanesa de Servicios Ambientales) procedió posteriormente a destruir las modestas habitaciones de leña y cartones de las familias expulsadas. En las operaciones de “limpieza” participaron los sectores de Seguridad, problemas del Territorio, personal de la zona y un contingente de la Policía del Estado y los Servicios Sociales. Tantos organismos, tantas armas, tanta hostilidad y un frío polar, contra unos pobres niños asustados, mujeres y hombres desesperados que ya no están en condición ni de pedir piedad. El vicepresidente De Corato, ha comentado satisfecho: “Muchos gitanos estaban situados a poca distancia del carril bici, cosa que demuestra que estos intrusos gitanos no tienen reparo en asentarse donde sea. Espero que hasta los jueces, tan habituados a defender la salubridad de Milán, sean severos contra esta gente que produce toneladas de desechos que quedan abandonados por la ciudad”.

 

EveryOne Group

 

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