Una niņa gitana de once aņos sufre fracturas tras recibir una paliza de seis niņos que estaban castigados con ella

     17.01.2006 / José Antonio Contreras, presidente de la Asociación Romaní de Almendralejo, ha relatado que la agresión se cometió en un aula del colegio público "San Francisco", donde una profesora dejó castigados a los agresores, y a la niña Q.G.A., de etnia gitana. La madre de la pequeña había denunciado ante la dirección y ante el tutor en otras ocasiones que la pequeña estaba recibiendo palizas por parte de ese grupo.
     Al parecer, la profesora les dijo que una vez terminado el castigo, que se llevó a cabo tras las clases, debían cerrar el aula y se marchó, tras dejar al cargo de la llave a uno de los agresores. Las agresiones comenzaron en este lugar, aunque, según los familiares, siguieron en el patio del colegio y en la calle, donde finalmente su madre pudo ver cómo seguía recibiendo la paliza y salió en su ayuda.
     Al día siguiente, la madre tuvo algunas palabras de reproche con la madre de una de las agresoras, lo que ha motivado una denuncia de ésta a la madre de la víctima también ante la Policía Nacional, según ha desvelado la cadena de radio Cope-Almendralejo.
      Según explicó a Efe el portavoz del colectivo romaní, la niña lleva recibiendo insultos y agresiones verbales por parte de este grupo de compañeros desde el principio de curso, después de que por un cambio de domicilio de su familia tuviera que trasladarse a este centro, procedente del también colegio público de Almendralejo "José de Espronceda".
     Contreras cree que la niña es acosada por ser gitana, por "discriminación racial", lo que les ha llevado a denunciar la situación ante el Secretariado General Gitano para que "tome cartas en el asunto" y estudie las responsabilidades tanto del personal docente del centro como de los padres de los agresores. Por ello, tienen previsto celebrar el martes una reunión en el centro educativo con la dirección, la docente implicada y los padres de los presuntos agresores. Mientras tanto, la niña se niega a ir al colegio por miedo, según confirmó la misma fuente.
EL PAÍS

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