Andalucía y la identidad gitana

     1.04.2002 / Una encuesta realizada por la Unión Romaní mestra la visión que la juventud andaluza tiene de los gitanos.

   La campaña de sensibilización ‘Andalucía: Cuatro Culturas, Una Sola Juventud’ ha presentado la memoria de resultados de la encuesta realizada por la Unión Romaní. Se trata de una campaña en la que se intenta concienciar a los jóvenes andaluces de que su cultura no está compuesta por la tríada judaísmo, cristianismo e islamismo, si no que hace falta añadir el sustrato cultural de los gitanos, que residen en Andalucía desde poco antes de la toma de Granada por los Reyes Católicos. En la rueda de prensa convocada para hacer públicos los resultados asistieron representantes de la Unión Romaní y del Instituto Andaluz de la Juventud. Durante el acto, el presidente de la Unión Romaní, Juan de Dios Ramírez-Heredia, manifestó el avance que se está percibiendo en la aceptación de los gitanos por parte de los jóvenes andaluces ya que aunque casi el 50% rechaza aún a las personas pertenecientes a este grupo étnico, el otro 50% no muestra ningún tipo de problema en la convivencia.
   Por su parte, el responsable de juventud de la Unión Romaní, Juan Silva, destacó "la seriedad metolodógica" de la encuesta realizada, aunque puntualizando que ésta es sólo "parte de una campaña de sensibilización más ambiciosa que pretende mostrar a los jóvenes la parte de la cultura gitana que está en la identidad de la cultura andaluza".
   Representando al Instituto Andaluz de la Juventud, asistió a la presentación su director, Joaquín Dobladez, que destacó la importancia que tiene el pueblo gitano en Andalucía y la necesidad de seguir trabajando para mejorar las relaciones y la convivencia entre gitanos y no gitanos.
   No obstante, la memoria de resultados del trabajo de investigación-acción no hace sólo hincapié en los resultados obtenidos si no que también explica la planificación y el desarrollo de la campaña ‘Andalucía: Cuatro Culturas, Una Sola Juventud’ poniendo de relieve la metodología, que incluye apartados como el perfil de los encuestados, el enfoque pedagógico aplicado a la campaña y la temporalización en fases de ésta, debido a la amplitud de ejecución tanto personal como geográficamente.
   Además, presenta el conjunto de acciones previas llevadas a cabo, divididas en tres bloques temáticos, como los contactos institucionales, la constitución del equipo para el trabajo de campo y el soporte gráfico a la campaña. Seguidamente, se detallan todas las acciones complementarias, agrupadas según el destinatario. El primer punto detalla las ruedas de prensa; el segundo, las conferencias realizadas; en tercer lugar, la relación de reuniones mantenidas entre Unión Romaní y los responsables locales de las instituciones, centros docentes y organizaciones juveniles; y, en último lugar se da cuenta de la participación en fiestas de difusión cultural y convivencia.

Perfiles psicológicos
   De acuerdo con las respuestas dadas en las encuestas, se han elaborado tres perfiles psicológicos de jóvenes con relación a su visión sobre el racismo, la xenofobia y la aceptación de grupos étnicos minoritarios como los gitanos.
   El primer grupo consiste en aquellos jóvenes que opinan que el racismo no tiene justificación alguna y que el problema tiene solución si la sociedad se lo propone. Además, concluyen que las reivindicaciones del pueblo gitano están justificadas, que los programas de ayuda de las administraciones son necesarios y que ellos mismos contratarían a gitanos si fuesen empresarios, y que tendrían gusto en tener vecinos gitanos ya que son personas con virtudes y defectos igual que los no gitanos. En general, este perfil es el que se da cuenta que los estereotipos son un tópico.
   Corresponden a este primer perfil un 54,25% del total de las respuestas, pero se observa que la población juvenil con un nivel de aceptación más elevado es la de Osuna, con casi el 68% de índice, a la que siguen las poblaciones de Gibraleón, Rociana, Córdoba, Cádiz, La Línea, Antequera, Marchena, Almería y Ronda, todas ellas con índices de aceptación superiores al 60%.

Los jóvenes
   Los jóvenes pertenecientes al segundo grupo, o perfil, dicen que el racismo puede justificarse, que es un problema sin solución y no tan grave. Consideran que las reivindicaciones de los gitanos son exageradas y que las administraciones dedican esfuerzos innecesarios para con esta comunidad a cuyos miembros no contratarían para un puesto de trabajo en caso de tener esta responsabilidad, a menos que fueran conocidos o con unas capacidades extremadamente elevadas.    Además, no los querrían como vecinos y sólo detectan en ellos cualidades negativas. Dicen que los estereotipos que se aplican a los gitanos son ciertos y que la fama viene por alguna razón. La correspondencia entre perfil y porcentaje medio de respuestas es del 34,06%. Este perfil está liderado por los jóvenes de Mancha Real, con un 50,7% de rechazo, seguido de Andújar, con el 49,89%.
   Y, como tercer perfil, aparecido en la encuesta del programa ‘Andalucía: Cuatro Culturas, Una Sola Juventud’, se define al joven que no toma partido, que evita responder. Éste se cobija en las evasivas contestando que el racismo no existe, que las situaciones no se dan en su ciudad o que le da igual tener vecinos gitanos. La media de jóvenes con perfiles psicológicos evasivos es de un 11,69% llegando en la población de Lebrija al 20,24%.

Las encuestas
   Las encuestas fueron realizadas a un total de 4.378 jóvenes estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (E.S.O.), Formación Profesional (F.P.) y Bachillerato de entre 14 y 20 años de edad, residentes en las ocho capitales de provincia, más 26 municipios de la geografía regional andaluza. Estaban formadas por 25 preguntas de respuesta cerrada más una, la pregunta 26, de respuesta abierta en relación directa con la respuesta dada a la pregunta 25 del cuestionario. Los jóvenes fueron encuestados sin previo aviso y sin información al respecto del tema tratado y, posteriormente, se les dio una charla que acababa con ruegos y preguntas de los jóvenes y un debate.
   La encuesta pretendía mostrar la visión que la juventud andaluza tiene de los gitanos, como vecinos de sus ciudades y poblaciones. La mayoría de los jóvenes, un 41,04%, tiene sólo contactos esporádicos con gitanos y casi siempre por motivos de amistad (49,31%) o por relación de vecindad (28,52%).

Otros resultados
   Más del 61% de los encuestados cree que el racismo es discriminación, e incluso, un 32,35% considera racista cualquier tipo de consideración negativa. Y casi un 58% opina que no hay justificación para ningún tipo de racismo aunque alrededor de un tercio de la población juvenil andaluza opina que a veces sí la hay. De todos modos, más del 65% de los jóvenes encuestados cree que el problema del racismo, aunque siempre ha existido, se puede solucionar si cada uno pone voluntad y una actitud amistosa.
   En el acto de presentación, Juan de Dios Ramírez-Heredia, presidente de Unión Romaní, recalcó que las opiniones "dependen de muchos factores, sobre todo, del desconocimiento". Así, el cliché de que "lo que más valoran los gitanos es la libertad" por delante de la salud o el amor se perpetúan aunque se vislumbra la esperanza de la mayoría en que el problema de la intolerancia étnica y cultural hacia los gitanos "con la ayuda de todos, se pueda aliviar".

La justificación

   Los motivos que impulsaron a la Unión Romaní y al Instituto Andaluz de la Juventud a realizar esta campaña de sensibilización dirigida a los jóvenes andaluces, tanto gitanos como no gitanos, quedan perfectamente claros en la presentación de la memoria que a continuación reproducimos:
   El racismo crece y lo hace de forma imparable en toda Europa. Sucesos tan lamentables como los vividos en El Ejido (Almería) o el hecho de que un partido de ultra derecha alcance el gobierno en Austria, son hechos sobradamente significativos.
   De forma paralela a la construcción de una Europa unida solidariamente hay que señalar el avance, en unas ocasiones larvado y en otras manifiesto, de grupos sociales que intentan difundir entre la ciudadanía la idea de que todos los conflictos sociales que viven los europeos están originados por la presencia de individuos pertenecientes a grupos étnicos diferentes al mayoritario. Así, fenómenos como el desempleo, la delincuencia o la marginación son achacados a minorías como la gitana, la magrebí, la turca o la paquistaní, a las que se concibe como extrañas aunque lleven varios siglos conviviendo en el continente.
Un 5% de la población andaluza es de etnia gitana, lo que significa un total de 300.000 personas
   Estas actitudes racistas y xenófobas son mantenidas por ciudadanos procedentes de todos los ámbitos sociales y encuentran una forma de difusión a través de los medios de comunicación y de los agentes sociales como los partidos políticos, tanto de extrema derecha como de la llamada izquierda nacionalista radical. En ese amplio proceso de rechazo, el pueblo gitano, una de las minorías más antiguas y numerosas del continente, lleva la peor parte. Hace casi 600 años que los gitanos viven en Europa y hoy se calculan en más de doce millones los gitanos europeos de los que más de dos millones viven en los países miembros de la Unión Europea.
   España no es ajena a esta tendencia. Aunque no se registren masivamente agresiones violentas contra los gitanos (como sucede, por ejemplo, en Rumania o en la República Checa), sí que existen todavía actitudes de rechazo contra esta comunidad. Actitudes casi siempre ocultas que consisten en la prohibición de acceder a los estándares de vida de la comunidad mayoritaria en terrenos como la vivienda, el trabajo o la educación alegando que los gitanos constituyen un foco de conflicto social. En esta tendencia, la comunidad autónoma de Andalucía es la que más destaca. Más de la mitad de los gitanos españoles, es decir unos 300.000, viven en sus ocho provincias, lo que supone un porcentaje del 5% del total de la comunidad andaluza. Desde su llegada a Jaén en 1462, los gitanos se han esparcido a lo largo de la geografía andaluza, impregnando con su forma de ser la idiosincrasia de toda Andalucía.
   Andalucía es una de las regiones con mayor grado de convivencia entre gitanos y no gitanos
Pocas tierras del mundo pueden presumir de poseer un grado tan alto de romipen (gitaneidad) en su cultura. Efectivamente, la aportación gitana al léxico, a la gastronomía, al modo de vestir, a la música o a las costumbres andaluzas es tan importante que es frecuente escuchar que en Andalucía "no se sabe dónde acaba lo andaluz y comienza lo gitano". De la misma forma existen referencias al mundo gitano en la literatura de autores andaluces, como Gustavo Adolfo Bécquer, Antonio Machado o Federico García Lorca, así como en los lienzos de los grandes pintores que ha dado esa tierra.
No es de extrañar, por tanto, que Andalucía sea una de las comunidades españolas donde existe mayor grado de convivencia entre gitanos y no gitanos. Los problemas de rechazo, de discriminación, o los ataques racistas tienen escaso eco entre los andaluces. Los pocos hechos de esta índole que se han registrado, como los acontecidos en Martos y en Mancha Real (ambos en Jaén), han sido condenados por toda la comunidad andaluza. En esta misma tendencia, por ejemplo, cabe recordar que la prensa andaluza es una de las que trata más positivamente a los gitanos en sus páginas, según los estudios realizados por la Unión Romaní (‘¿Periodistas contra el racismo? La prensa española ante el pueblo gitano’, estudios de 1995 a 1997). El número de textos publicados, el rigor con que se abordan, la pluralidad con que se representa la realidad gitana y la imagen social que se difunde mayoritariamente en los medios andaluces constituyen un ejemplo para toda la prensa europea.

Enriquecimiento mutuo

   La cultura andaluza tal como la conocemos hoy en día es el resultado del enriquecimiento mutuo de cuatro grandes culturas: la cristiana, la árabe, la judía y, por supuesto, la gitana. La convivencia entre diferentes substratos culturales, donde se mezclan el fatalismo árabe, el providencialismo cristiano o judío y la espiritualidad oriental gitana, han dado como resultado a la Andalucía que hoy conocemos. Frente al aumento del racismo en Europa, hay que adoptar medidas que posibiliten su desaparición o eviten su aparición. Las actitudes de discriminación son una forma de comportamiento fácilmente extensible socialmente y sólo mejorando el conocimiento que los ciudadanos no gitanos tienen del pueblo gitano se pueden sentar las bases para prevenir la aparición de brotes racistas en Andalucía.

TIERRA DE MESTIZAJE por Joaquín Dobladez

   Desde el conjunto de la Junta de Andalucía, en general, desde el Instituto Andaluz de la Juventud, en concreto, mantenemos la creencia de que Andalucía es una tierra de confluencias y de mestizaje. Andalucía se ha nutrido de todas las culturas y etnias que han convivido en nuestra tierra, a través de su paso a lo largo de la historia, hasta definir el andaluz de hoy.
   Si un pueblo, una cultura, se ha integrado en nuestra comunidad, esa es la gitana. Y lo ha hecho de tal forma, que tal y como se cita en esta memoria, no se sabe cuando comienza el concepto de gitano o de andaluz, y viceversa. No olvidemos, que son ya casi seiscientos años de convivencia desde que el pueblo gitano llegó a Andalucía. Y tampoco olvidemos que el 50%, aproximadamente, de los gitanos españoles residen en Andalucía. Para definir Andalucía hay que contar con el pueblo gitano.
   El pueblo gitano es una parte más, cotidiana, natural, casi innata, del paisaje que retrata la Andalucía de hoy. Sus costumbres, su lengua o su gastronomía nos son propias, y, en algunos aspectos, con mayor implantación de la que podríamos imaginar. Sus grandes nombres forman parte de la historia de Andalucía como nombres propios.
   Aunque bien es cierto que, por desgracia, todavía existen en nuestra sociedad comportamientos, o sujetos, xenófobos. Por lo que es necesario seguir impulsando todas aquellas iniciativas que nos inviten e inciten a la tolerancia, la convivencia y el diálogo entre las diferentes etnias y culturas.
   Este estudio que hoy presentamos forma parte de una ambiciosa campaña realizada por la Unión Romaní, en colaboración con el Instituto Andaluz de la Juventud, que cuenta con un título muy certero y apropiado, ‘Andalucía: Cuatro Culturas, Una Sola Juventud’, ya que refleja la convivencia que se ha producido en nuestra Comunidad en los últimos siglos. Es un acierto, igualmente, incidir en los jóvenes, como garantía para la construcción de una Andalucía más plural y tolerante.
   La multiculturalidad es cultura, es enriquecimiento, es tolerancia, es convivencia, es, en definitiva, respeto por todas las culturas y sus expresiones. Por tanto, esta campaña, dirigida a jóvenes entre 14 y 25 años, trata de fomentar la multiculturalidad y rechazar la xenofobia entre los jóvenes, encargados de construir la sociedad del mañana.

Datos reveladores
   Este estudio nos depara datos de especial importancia, que me gustaría recalcar. Para casi el 81% sí tienen cualidades positivas los gitanos; el 68% no tendrían ningún problema a la hora de tener relaciones con el pueblo gitano; más del 82% no tendría problemas a la hora de convivir con ellos; más del 60% considera que nunca está justificado el racismo. El casi 82% de los encuestados considera que lo que más diferencia a gitanos del resto es sólo su forma de vida, y más del 87% considera que son buenos todos aquellos problemas que inciden en la comunidad gitana.

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